CAPITALIZANDO LOS ESTADOS EMOCIONALES 


 Todos los estados emocionales forman parte de nuestra naturaleza humana. Desde un punto de vista objetivo no existen estados de ánimo malos o perjudiciales. Lo que sí existen son estados de ánimo buscados o deseados por la mayoría de las personas como por ejemplo la alegría y estados de ánimo que cualquiera querría evitar como por ejemplo la tristeza.   La actitud mental habitual tiende a resistirse, negar o escapar de las emociones "negativas" aunque sean tan nuestras y tan válidas como las emociones "positivas". Nuestra cultura nos permite aceptar de buen grado las "buenas" emociones, mientras nos impulsa a luchar contra las "malas" emociones. Pero ocurre que cada vez que luchamos con un sentimiento sea de odio, amor o depresión irremediablemente perdemos la partida. Las emociones a las que nos resistimos persisten y hasta pueden aumentar. No hay otra posibilidad, el sentimiento viene de lo más profundo del ser y el pensamiento de rechazo es algo mucho más superficial. A lo sumo a través de un esfuerzo de voluntad podemos reprimir un sentimiento, hacer una especie de represa que transitoriamente no lo deje manifestarse en el exterior. Sin embargo esa actitud puede llegar a tener dos efectos desafortunados:   1. que la represa se rompa en el momento más inesperado y también en el más inadecuado.   2. que la represa no se rompa y la emoción acumulada se desplace a otras áreas como por ejemplo el cuerpo generando problemas psicosomáticos.   Para evitar caer en estos dos errores, por ejemplo cuando estamos tristes algo útil que podemos hacer es tomarnos cinco minutos, cerrar los ojos y dejar de resistirnos a la tristeza, ponernos en contacto con ella en nuestro cuerpo (que es donde la sentimos) sin pensamientos que la analicen, la critiquen, la rechacen o la juzguen. No hay nada de malo en la tristeza, y si no luchamos con ella puede ser muy fugaz.     Resistirse mentalmente a la emoción hace que aumente y persista durante más tiempo, por el contrario dejarse fluir en el sentimiento sin negarlo ni cuestionarla hace que se transforme en otro estado de ánimo, tal vez calma y comprensión, o en enojo ¿por qué no?   Las emociones humanas van y vienen constantemente, podríamos conceptualizarlas como un tipo de energía que se puede cambiar de intensidad y también transformar a través de nuestros actos inmediatos.   Retomando el tema del enojo existe una tendencia bastante generalizada a pensar que es un sentimiento destructivo o malo en sí mismo. Sin embargo enojarse por algo tiene muchas veces 


Gustavo Ekroth

CULPABLE SE BUSCA


Cuando el papel preferido resulta ser la víctima, la actividad principal, el guión de vida resulta ser buscar al culpable o los culpables. Aunque ser la víctima conlleva múltiples sufrimientos también brinda múltiples "beneficios" a saber: 

El primero de ellos es el "permiso" para no tener que hacer nada para cambiar o mejorar personalmente. 

Si la mamá, el papá, el jefe, los hijos o el psicólogo son los culpables, la persona se siente con el derecho de enojarse mucho y esperar de brazos cruzados que el otro cambie mágicamente. 

El segundo "beneficio" importante es que si eternamente soy la víctima los demás deben protegerme, ayudarme, comprenderme y tolerarme, de lo contrario serían malas personas. 

El tercer ingrediente es que, si yo soy la víctima, el victimario debería "pagarme" algún tipo de indemnización por el daño que me está causando o causó. 

De todos modos, aunque el victimario nunca llegue a cancelar su deuda, se va a encontrar en "falta" eternamente y la víctima va a tener un cierto grado de control y manipulación emocional sobre él. 

Este es el motivo por el cual a veces muchas "víctimas" no quieren ni permiten de ninguna manera una disculpa, reparación o indemnización real. Sintiéndose ofendidos y no dando lugar a un diálogo abierto y sincero consiguen mantener la culpa viva y controlar al otro emocionalmente, por ejemplo para que haga cosas que de otra manera nunca haría. 

Hacerse la víctima, a diferencia del crimen, a veces paga y muy bien, por eso aunque la víctima parece estar sufriendo mucho, nunca da ese obvio y necesario paso al costado que lo alejaría del victimario. 

El cuarto "beneficio" decisivo que la víctima crónica puede estar obteniendo de los demás, es el sentido de importancia, el sentirse el centro de la atención de personas conocidas o incluso desconocidas. 

En general las personas escuchan con mucha mayor atención las desgracias y calamidades que los éxitos y las alegrías. Viendo la desgracia ajena el infeliz se siente menos desgraciado.  


Gustavo Ekroth

Gustavo Ekroth por Gustavo Ekroth

 

18 de febrero de 1955, me ocurrió un inesperado hecho que cambió profundamente mi vida para siempre, desde entonces, ése día se ha convertido en mi cumpleaños.

     A partir de ése instante fui cuidado y amado inmensamente por 4 madres, una madre titular, de las que hay una sola, una superabuela y dos hadas madrinas tías. El resultado psicológico de ésta forma de crianza infantil fue espectacular, me agarré 4 complejos de Edipo.

    Luego de ser expulsado primero de la escuela y más adelante del liceo, me dediqué a mi verdadera vocación, la locura. Tanto es así que en 1981 a pesar de la decidida oposición de varios de mis profesores universitarios, me dieron un título de Psicólogo.

    Como no tengo la constancia necesaria para mendigar, ni el valor para robar un banco, la alternativa más viable fue dedicarme a ejercer mi profesión muy seriamente, obteniendo la mayor cantidad de curaciones en el menor tiempo posible.

    Más adelante, aprovechando que nadie me conocía en el exterior como Psicólogo, gané varios premios, becas y distinciones internacionales.

    Sin embargo nada de esto pudo aliviar el profundo trauma que dejó en mi, el haber perdido algunos exámenes injustamente, y para vengarme, me convertí  en profesor.

    Luego pensé que como profesional responsable que era, debía leer y mantenerme actualizado, pero la única manera que tuve de leer un libro de Psicología de principio al final, fue escribirlo yo mismo. Por éste motivo no tuve más remedio que escribir 5 libros y pienso seguir haciéndolo.

    En la actualidad además de dar charlas a personas e instituciones (que tienen la esperanza de que diga algo nuevo) y asesorar empresas ajenas, estoy dedicado a mi actividad principal por excelencia, la terapia individual.

    Aplico con mis pacientes el famoso método Ekroth, que consiste en hacerme verdaderamente amigo de ellos, lo cual tiene dos efectos terapéuticos principales:

1. Al conocerme se dan cuenta que lo de ellos no era tan grave cómo pensaban.

2. Como sienten aprecio por mi y yo por ellos, se mejoran rápidamente para que no me sienta frustrado.

    Escuchando tantos y tantos problemas durante toda mi jornada laboral y también fuera de ella debería estar en psicoterapia intensiva permanentemente, pero como no creo en ningún otro psicólogo que no sea yo mismo, mi terapia se llama, ,gimnasio  running, canotaje, rafting, buceo, parapente, roller, pintura, música, descanso, meditación y mucho contacto con la naturaleza…. 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL ÁGUILA  Y  EL  OPTIMISMO 
(Cuentos de la Vida)

"Confiar en sí mismo, a veces es la única diferencia entre el éxito y
el fracaso. El coraje para emprender una acción temeraria, necesaria,
no depende de lo que ocurra a nuestro alrededor, por el contrario,
depende de lo que ocurre en nuestro interior.
Nuestra forma de pensar con respecto al peligro potencial, la
capacidad de enfrentarlo y los beneficios que podríamos obtener de
lograr el éxito, es lo que nos lleva a arriesgarnos o no ante cada
situación vital "difícil". Por ejemplo creer que no vamos a ser
capaces de enfrentar el fracaso, muy probablemente nos lleve a la
inacción. Lamentablemente en este mundo el deseo no lo hace, la
intención no lo hace, la postergación no lo hace ; lo único que
realmente lo hace es la acción.
La fe, la convicción, la creencia, constituyen instrumentos
poderosísimos para atraer cosas hacia su vida, pero usted y sólo usted
es quién decide lo que quiere atraer. ¿Éxito o fracaso ? Usted elige.
El pensamiento es como un poderoso imán que atrae inexorablemente
elementos de su propio signo : si el signo es positivo atrae a su vida
elementos positivos ; y si el signo es negativo atrae elementos
negativos.

Por un extraño accidente del destino, el huevo de un águila fue a
parar al nido de una gallina, que creyéndolo propio, lo empolló.
Cuando el águila rompió el cascarón, se vio entre pollitos y pensó que
era uno de ellos.
Luego fue creciendo y rodeado de gallinas, no le quedó otra
alternativa que sentir que él también era una gallina y por lo tanto,
tenía que comportarse como una gallina.
Cada vez que veía a sus hermanas águilas volando en el cielo, pensaba
para sí : "¡Qué envidia ! Ellas son águilas y pueden volar. Yo soy una
gallina... Quién pudiera volar".
Un día, un águila que se apiadó de ella, bajó de las alturas para
explicarle que ella era un águila y no una gallina y que por lo tanto
podía volar.
A nuestra águila-gallina le entusiasmó la idea y accedió a ser llevada
por su hermana hasta un alto pico desde el cual iniciaría su vuelo de
bautismo. Sin embargo cuando estuvo allí no se animó a saltar al vacío
y cuentan que todavía vive allí en ese inexpugnable pico, un "águila-
caminadora" que repite como un loro : "No puedo volar, no puedo
volar".

No puedo
Pesada cadena.
Oscura profecía
Sí lo haré.
Ensueño alado
dorado amanecer
latir de la vida."

 

 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

VOLUNTAD

 

 

(domingo 12 de diciembre de 2003,"El diván ciudadano", Diario "El País")

" No tengo fuerza de voluntad empiezo cursos que nunca termino.........Intente varias veces dejar de fumar, pero luego reincido.........Lograr mantener una alimentación adecuada me resulta totalmente imposible......Quisiera realizar una actividad física regularmente pero voy al gimnasio una semana si y tres no..........Ordenar y tirar "papeles" y cosas que ya no sirven es todo un triunfo que logro mas o menos una vez cada cinco años cuando ya no puedo mas y estoy "tapado" de cosas.......Hacia meses que quería escribir este mail, y todavía no se muy bien como conseguí escribirlo y enviarlo en tan poco tiempo........"

La capacidad de controlar la conducta propia en dirección a objetivos deseados, esta íntimamente relacionada con la autoestima y la sensación de plenitud y satisfacción personal.

La incapacidad para lograr hacer aquellas cosas que nos proponemos no solo nos priva de los beneficios que eventualmente podríamos llegar a obtener de hacerlas sino que además casi siempre genera una importante devaluación de la auto imagen. "No tengo fuerza de voluntad". "No sirvo para nada". "Cualquiera podría hacerlo". "Los demás son mejores que yo", etc.

Los problemas de autocontrol de la conducta humana se dividen en dos grandes grupos: 1) Hábitos a suprimir como por ejemplo: fumar, comer en exceso, mirar demasiada televisión, juego compulsivo o fármaco dependencia. 2) Hábitos a instaurar como por ejemplo: la actividad física regular, las rutinas de estudio sostenidas o la creación de habilidades sociales adecuadas en niños pequeños. Dentro de las principales causas de los patrones de conducta en exceso o hábitos a suprimir tenemos la falta de intereses vitales alternativos por ejemplo: la persona que es adicta compulsiva a la televisión, porque no tiene nada más "interesante" que hacer, o la persona aburrida que come par distraerse o reducir la ansiedad cuando en realidad no tiene hambre. Otra de las causas de los patrones de conducta autodestructiva, como por ejemplo, el alcoholismo, es la baja tolerancia a las naturales e inevitables frustraciones de la vida, él habito funciona en algunos casos como un verdadero anestésico emocional.

En cuanto al segundo tipo de problemas de autocontrol de la conducta humana, o sea los hábitos a instaurar tenemos como causas principales, el perfeccionismo excesivo que impide poner manos a la obra, la dificultad para diferir gratificaciones, la necesidad de obtener los " beneficios" ahora o nunca, la falta de claridad para definir prioridades y objetivos en la vida y la carencia real de tiempo, debido a una inadecuada planificación de las tareas y actividades.

Algunas sugerencias practicas para suprimir hábitos indeseados y generar conductas positivas podrían ser:

  1. Cuestione y ataque todas sus excusas mentales para evitar hacer cosas que a pesar de ser desagradables son necesarias para una vida feliz a largo plazo. Por ejemplo, " Talvez el tiempo solucione el problema","Es demasiado difícil", " Esto no es para mí", " No vale la pena hacer nada", "Mejor lo hago mañana" etc.
  2. Analice y suprima las conductas dilatorias como por ejemplo, hacer lo urgente en vez de hacer lo importante, hablar por teléfono, dormir la siesta, echarle la culpa a los demás, etc.
  3. Una el pensamiento a la acción. En cuanto piense que tiene que hacer algo hágalo ya, no pase a otros pensamientos, o a otras acciones que nada tiene que ver con lo importante.
  4. Concentre sus pensamientos en todos los beneficios que va a obtener modificando esos hábitos indeseados y/o creando comportamientos positivos.

Haga las cosas por partes y de a poco. Pensar en todo o nada aumenta la dejadez. Piense que la voluntad es como un músculo que se fortalece con la practica y se atrofia con la falta de uso. Haga algo ahora ya aunque sea durante quince minutos, puede ser el pequeño comienzo de un gran cambio.

 

 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                  LOS CASADOS SON MAS ATRACTIVOS."
(El Divan Ciudadano)

El domingo próximo pasado en esta misma sección respondí a las dudas e interrogantes de un hombre casado que mantenía una intensa relación extraconyugal con una mujer más joven. A partir de esa misma noche, mi casilla de correo electrónico comenzó a recibir una lluvia de consultas y comentarios muy variados provenientes de mujeres enamoradas de hombres casados. Muchas preguntas se referían al clásico "¿sigo con el o lo dejo" ? ; otras temáticas eran los hijos y los problemas económicos ¿excusa o realidad ?, o la eterna duda entre "¿me quiere o no me quiere ?".
De entre todas las consultas recibidas elegí contestar (por lo menos para comenzar con el tema) la carta de una mujer que a mi entender pregunta por el origen y la posible prevención del conflicto : amar a un hombre casado. Básicamente la pregunta es : "¿por qué siempre me enamoro de hombres casados ?" Si bien cada caso es único y siempre es recomendable la consulta con un profesional capacitado (sobre todo en situaciones de depresión persistente) hay ciertos elementos que pueden ser esbozados aquí a modo de reflexión.
Para algunas mujeres los hombres casados suelen ser muchos más atractivos que los hombres solteros por al menos cinco razones psicológicas que en la mayoría de los casos son inconscientes (por supuestos que estas mismas razones son aplicables al caso del hombre que se enamora casi siempre de mujeres casadas).
La primera de ellas es que generalmente las personas que tienen miedo al compromiso afectivo profundo solo se permiten el enamoramiento con "candidatos imposibles" por ejemplo : cantantes que viven en otro país, hombres casados con cuatro hijos, conocidos solterones crónicos, etc. De esa manera pueden fantasear libremente con una idílica y perfecta relación que supuestamente va a ocurrir en el futuro. En esta situación nunca tienen la necesidad de profundizar la relación ni correr el riesgo del abandono, la decepción y/o engaño.
La segunda razón psicológica profunda es que un hombre casado no es tan exigente (ni puede serlo) como una persona libre y sin compromisos. Una persona casada que tiene un amante muchas veces se siente más en falta con su amante que con su propia esposa. Sin quererlo termina siendo muy complaciente, permisivo, generoso y por supuesto sumamente tolerante con los defectos del otro ya que con lo "poco" que él da no está en posición de exigir mucho.
La tercera causa por la cual a una mujer le puede ser fácil enamorarse de un hombre casado es que las dos o tres horas que generalmente dura un encuentro semanal de amantes no permite conocer al hombre o la mujer real. De alguna manera el encuentro siempre es una especie de representación donde quedan enormemente resaltadas las cualidades más positivas de ambos y disimulados todos los peores defectos.
Para algunas mujeres resulta más fácil y menos comprometido enamorarse de un hombre imaginario idealizado casi perfecto que de un hombre real con defectos y virtudes.
El cuarto motivo de resorte psicológico que puede hacer que una mujer "elija" siempre para enamorarse hombres casados o con compromiso es la competitividad inconsciente con otras mujeres que a veces esconde un profundo complejo de inferioridad. El intenso deseo de "ganarle" el hombre a otra mujer como forma de reafirmar su valía personal es una manera neurótica de sentirse linda, inteligente, seductora y poderosa frente a ella misma y frente al mundo.
El quinto motivo inconsciente puede ser una muy baja autoestima que provoque el sentimiento de no "merecer" un hombre libre, un hombre que esté dedicado completamente a ella como mujer y si merecer un hombre "incompleto" que comparte con otra mujer que tiene la mayoría del paquete accionario de este hombre.
Así pues las cinco razones psicológicas principales por las cuales una mujer en particular termina enamorándose siempre o casi siempre de hombres casados o comprometidos son : 1) El miedo al compromiso.
2) Las dificultases para aceptar y enfrentar las exigencias y desafíos normales de una vida en pareja. 3) La dificultad para amar al hombre real y la facilidad de amar un hombre imaginario idealizado.
4) la competitividad inconsciente con otras mujeres. 5) La baja autoestima.


de Gustavo Ekroth

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INFIDELIDAD,AMOR Y PASION"


"La carta seleccionada para esta semana, es la de un hombre casado hace 20 años, que sin buscarlo deliberadamente inicia una relación extramatrimonial con una compañera de trabajo menor que él. Con el transcurso de los meses los sentimientos involucrados en esta nueva relación se vuelven tan fuertes que por momentos piensa en abandonar a su esposa, dejar lo que ha construido en 20 años y comenzar todo de nuevo. Entre múltiples interrogantes y dudas, este hombre se pregunta a sí mismo si realmente quiere a su esposa, qué clase de amor siente por ella que con tanta facilidad piensa en cambiar su vida en un instante, y lo más dificil de todo, qué debe hacer al respecto. La complejidad del caso excede los posibilidades reales de este medio y sería aconsejable la consulta con un profesional calificado.
Sin embargo, y a pesar de que cada caso es único y diferente, es posible esbozar aqui dos conceptos a modo de reflexión.
El primer concepto a considerar es que si bien el ser humano sano siempre tiene una sublime aspiración de amor eterno y recíproco, este maravilloso milagro que le da un sentido de profunda trascendencia a toda nuestra vida, lamentablemente no siempre es posible.
Aunque no nos guste admitirlo, el amor de pareja es un sentimiento vivo y al igual que todas las cosas vivas que existen algún dia puede debilitarse, enfermarse e incluso morir.
En ciertos casos la llama del amor puede extinguirse por falta de cuidados adecuados, alimentación y mantenimiento. En otros casos puede sobrevenir la muerte natural; la gente cambia, áquel que ayer amábamos hoy ya no existe, es otra persona totalmente diferente.
Otra posibilidad, que parece ser la de este caso es la de una llama del amor debilitada por los años de convivencia y la rutina, que es sofocada por "fuertes vientos externos"(leáse, una amante más joven).
El segundo punto a considerar en este caso es la idea de que el amor es como un templo sagrado que se sustenta sobre cuatro columnas principales que llamaremos A.A.A.P.
La primara A es de atracción sexual, la segunda es de admiración, la tercera simboliza la amistad, y la cuarta y última corresponde a P de proyectos comunes hacia el futuro.
En toda nueva relación (sobretodo con una persona más joven), la columna de la atracción sexual suele ser muy robusta; sin embargo si las otras tres columnas son débiles, o falta una de ellas, tarde o temprano todo el templo del amor se vendrá abajo. Generalmente la pasión sexual cuánto más fuerte es , más rápido desaparece y aunque pudiera subsistir no soporta por sí sola una relación profunda madura y durable.
En ciertos casos una mujer joven puede sentir una admiración muy fuerte e importante por un hombre maduro, pero como en la situación anterior, esta columna por sí sola es incapaz de sostener una normal y feliz relación a largo plazo.
En el caso de una relación de muchos años, desgastada por la rutina y la convivencia puede ser que la atraccion sexual sea mínima, la admiracion haya sido sustituída por el desprecio, y los proyectos en común se hayan desvanecido en el tiempo, quedando como única, precaria columna de sustentación la amistad, el compañerismo.
No suele ser una idea muy feliz buscar en "templos secundarios" las columnas faltantes en el "templo principal". Cuando el templo del amor se tambalea debemos tener la inteligencia, sensibilidad y valor necesarios para reconstruirlo con todas nuestras energías; pero cuando se encuentra irremediablemente destruído, también debemos emplear esa misma inteligencia, sensibilidad y valor para reconocerlo y enfrentarlo."

 

de Gustavo Ekroth

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

          COMO  A  TI  MISMO 

 

 

(domingo 5 de diciembre de 2004,"El diván ciudadano", Diario "El País")

Querer al prójimo como a ti mismo parece una idea interesante, pero en la práctica puede ocurrir que este concepto no pase de ser justamente eso: una buena idea que pocos aplican regularmente a las relaciones humanas.

El problema sea talvez, el equilibrio; a veces queremos más que a nosotros mismos, por ejemplo a nuestros hijos, y a veces queremos menos que a nosotros mismos, por ejemplo al vecino.

El "como a ti mismo" de la frase, en general es tomado como un simple detalle, un mero formulismo, pero en realidad es lo más importante porque es el punto de equilibrio sobre el cual se apoyan los dos brazos de la balanza, ser demasiado bueno o ser demasiado egoísta.

La palabra "ego", y sobre todo, sumada a la terminación "ista" tiene muy mala prensa en nuestra cultura. "No seas egoísta, préstale el juguete el nene". "No seas egoísta, andá a jugar con tu hermanita, mamá quiere dormir la siesta". Y más adelante: " No seas egoísta, salime de garantía." "No seas egoísta, cubrime esas horas."


Cuando pensamos en alguien egoísta, lo primero que se nos ocurre es una persona que nunca piensa en los demás, y sólo se preocupa de sí mismo y lo pasa lo mejor posible, aunque, con su comportamiento dañe a los demás.
Habría que acuñar otro término que no tenga tantas connotaciones negativas como por ejemplo: "autoista", referido a la persona que cuida de sí mismo, se ama y se respeta sin pasar por encima de los derechos de los demás ni ser agresivo.

Visto de esta manera, los muy egoístas nunca van al psicólogo porque se sienten bien siendo como son; el único problema es que "mandan" a todos los demás a psicoterapia intensiva.

Pero, mientras la Real Academia no acepte el término "autoísta", podríamos pensar en otra acepción no tan negativa de la palabra "egoísta". ¿Qué hay de malo en querer ver determinado programa en la televisión, o qué hay de malo en querer descansar, o no tener ganas de escuchar a alguien?

Lo que tiene de malo es que el otro quiere ver otro programa, tiene otros planes que no incluyen el descansar o quiere hablarnos para descargarse.

Y como nosotros no queremos nada de eso, el otro decide hacernos sentir culpables diciéndonos que somos egoístas para que cambiemos nuestro comportamiento o por lo menos no lo volvamos a hacer en un futuro. ¿Entonces, quién es el egoísta, el que no desea hacer algo y lo manifiesta abiertamente, o el que manipula en forma encubierta para que se haga su santísima voluntad?

Lograr el equilibrio entre ser malo o demasiado bueno es un tema muy delicado. Podemos caer tanto en ser muy egoístas como en ser muy tontos; el punto de referencia indispensable es partir del amor a sí mismo, sin él es imposible querer a los demás y cuidarlos, y sin él es también imposible "cuidarnos de las demandas egoístas que puedan provenir de nuestro entorno."

 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA TEORIA DEL "

 

 

NEGOCIO" TODAVÍA

 

 

MEJOR

 

 

(domingo 9 de enero de 2005, "El diván ciudadano", Diario "El país")

La tendencia a no disfrutar y aprovechar los momentos presentes, muchas veces va unida al perfeccionismo excesivo. Por supuesto que las cosas siempre pueden llegar a ser mejores, pero porque no aprovechar hoy lo que la vida nos trae, aunque no sea lo perfecto, el ideal.

Generalmente las cosas que no tenemos parecen ser lo más importante del mundo, pero 

Quizá por allí haya muchos mejores "negocios" en materia de pareja, hijos, ocupación, o amistades, pero la teoría del "negocio" todavía mejor hace que nada llegue a funcionar muy bien debido al bajo involucramiento afectivo y la poca energía y esfuerzo puesto en el logro del objetivo.conseguimos rápidamente perdemos el interés en ellas y salimos a perseguir otros "logros". El césped del vecino casi siempre parece más verde que el nuestro, y su mujer más interesante e inteligente que la propia.

Situación: una pareja en silencio mirándose de reojo con cara de pocos amigos, luego de una de sus habituales tontas peleas sin sentido.

Él piensa: ¡Ah! Pensar que yo tenia una fila de mujeres que estaban muertas conmigo. Y la fila era mas larga que la espera del 104 y justo yo venirme a enganchar con esta reloca.

Ella piensa: mi mama me lo dijo "este tipo no te conviene" y pensar que no le hice caso. No tendría que haber dejado a Raúl era tan bueno, tan dulce y tan comprensivo. En fin no era como esta bestia peluda que tengo al lado.

Mientras el frunce el ceño piensa: y bueno la dejo y se termino, me consigo otra y punto. Si lo que sobra en este país son mujeres solas y más para un tipo como yo.

Ella mientras se muerde la lengua para no hablar mas piensa: la verdad es que yo no sé que le vi a este tipo, medio peladito, un poco panzón, insensible, mal carácter. Yo creo que con Raúl las cosas hubieran sido diferentes...bueno en realidad creo que con cualquier otro tipo me podría llevar mejor que con este energúmeno.

Él piensa: no por ahora no me voy a separar es muy complicado. Cuando no aguante mas me consigo otra, seguro que va a ser mucho mejor que esta, hay tantas mujeres solas por ahí.

Ella piensa: y bueno tan malo no es. Mientras lo aguante sigo con él...y sino cualquier cosa llamo a Raúl, que cada tanto me llama y vemos que pasa.

La teoría del "negocio" todavía mejor nos hace soñar embelesados con un hipotético príncipe azul o una sintética modelo rosada, quienes supuestamente nos están esperando con los brazos abiertos en un futuro no muy lejano.

Delirarse con un delicioso pero irreal futuro imaginario romántico, produce tres consecuencias negativas sobre su presente y real vida en pareja:

 

•  Como sueña que hay alguien todavía mejor esperando en el futuro no hace nada efectivo para mejorar su actual relación de pareja.

 

•  Como su actual pareja supuestamente le impide acceder al "negocio" todavía mejor, siente rabia y resentimiento hacia su carcelero.

 

•  Como la imaginación infla y exagera las cosas buenas hasta el infinito, su actual vida en pareja por contraste luce mucho más triste y gris de lo que en realidad es. Todas las comparaciones son malas pero sobretodo, las que se hacen con algo que todavía no existe y tal vez nunca exista.

 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EN LAS FIESTAS ES MAS

 

 

FACIL PASARLO BIEN

 

 

(domingo 26 de diciembre de 2004, "El diván ciudadano", Diario "El País")

Seguramente para los perros las fiestas año tras año son una verdadera pesadilla. Ni bien empiezan los primeros estruendos de las bombas brasileras, los canes inmediatamente asocian esto con todo lo que vendrá después y entran en pánico. Los animales aprenden respuestas emocionales condicionadas ante estimulos específicos. Seleccionan un estimulo negativo determinado y responden ante el masivamente en forma automática y reiterada desatendiendo el resto del entorno que puede ser mas positivo y favorable. ,

El ser humano tambien aprende a responder en forma automática ante estimulos negativos pero la gran diferencia es que él puede ir mas allá de ese condicionamiento y responder de maneras diferentes ante las mismas situaciones, no es un robot autómata. Bueno, por lo menos en teoría, ya que en los hechos año tras año en la época de las fiestas aumentan él numero de las consultas psicológicas y las internaciones siquiátricas en todas partes del mundo.

¿Tal vez el ser humano asocia las fiestas con los que hoy ya no están o tal vez lo hace con los conflictos intra familiares sin resolver o con los proyectos inconclusos o con el estrés de las "urgencias" o con sus dudas existenciales?

El asunto es que para muchos adultos las fiestas simbolizan un tramite desagradable que no tienen mas remedio que cumplir por los chicos, por los compromisos, por las culpas, etc., pero de ninguna manera algo que anhelen deseen y disfruten.

Todos tenemos la capacidad de "desconectarnos" de los condicionamientos emocionales negativos ante una situación dada enfocándonos a los elementos positivos existentes. Por ejemplo en vez de pensar obsesivamente en los que ya no están podemos comunicarnos y relacionarnos afectivamente con los que si están. En vez de auto presionarnos con los "compromisos" podemos decidirnos a hacer por una vez en el año lo que realmente nos gustaría hacer aunque a algunas personas no le caiga bien. En vez de preocuparnos con dudas existenciales podemos sencillamente disfrutar el momento presente y dejar para mañana o pasado el alcanzar el nirvana, la perfección, o la iluminación.

Dime si deseas que lleguen las fiestas o si deseas que pasen lo más rápido posible y te diré si eres un niño o un adulto. Seguramente cuando niños todos teníamos la capacidad de disfrutar de las fiestas pero seguramente tambien teníamos la capacidad de disfrutar en todo tipo de situaciones y lugar, cualquier excusa era buena para divertirse y jugar a mas no poder. Celebrar y reírse de cualquier cosa resultaba mucho más fácil que quedarse quieto y callado en un rincón. Todo era una cuestión de actitud si había muchos amigos en las fiestas era divertido, si había pocos tambien, y sino había amigos uno se podía ingeniar para pasarlo lo mejor posible tambien. Lo menos probable de todo era pasar las fiestas triste, aburrido, o enojado.

En algún lugar de cada uno de nosotros todavía habita ese niño, juguetón, divertido, ocurrente y desenfadado que solo conoce el tiempo presente, para quien era mucho más fácil pasarlo bien durante las fiestas que sintiéndose mal.

Creo que no seria una mala idea darle mayor participación en estas fechas a ese niño emocionalmente sano y sabio que todos llevamos dentro.

 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

HABITOS, COSTUMBRES,

 

 

Y RITUALES

 

 

 

(domingo 28 de noviembre de 2004, "EL diván ciudadano", Diario "El País")

Sorprendentemente muchas veces el comportamiento humano regido por normas o costumbres compartidas por un grupo social, no posee ningún fundamento lógico y mucho menos una utilidad practica. Un ejemplo de este tipo de comportamiento absurdo puede ser la dieta hipercalórica a la que muchos se someten durante las fiestas, que tradicionalmente en Uruguay se desarrollan en el verano y no precisamente en el más crudo invierno nevado.

Un comportamiento festivo ritual, al ser simplemente sacado de su contexto geográfico original, se puede convertir en algo totalmente inadecuado e incluso perjudicial para la salud. ¿Por qué entonces el ser humano mantiene este tipo de hábitos de comportamiento que no aportan mucho, e incluso pueden llegar a producir efectos negativos?

La respuesta puede ser un poco dura, pero hacemos muchas cosas con las que no estamos realmente de acuerdo porque:

•  Creemos que a los demás le gustan y no queremos "defraudarlos". Aunque tal vez a ellos tampoco le gusten esas cosas pero las hacen por nosotros.

•  Nos sentimos incómodos siendo diferentes a los demás.

•  Nos sentimos más tranquilos haciendo lo mismo que hacen los demás.

•  Recibimos la aprobación del grupo cuando nos comportamos como la mayoría lo hace.

•  Cuando no seguimos las "buenas costumbres" obtenemos la censura velada o manifiesta del grupo.

•  En el fondo aunque no lo confesemos nos interesa bastante la opinión de los demás.

Seamos justos, en materia de alimentación "festiva" el problema de los hábitos absurdos no reviste mayor gravedad, pero que tal en la elección de la pareja, o la educación que le damos a nuestros hijos, o la forma de pensar sobre el futuro.

Muy probablemente en la vida de casi cualquier persona existen comportamientos rituales automáticos que la persona realiza una y otra vez sin obtener buenos resultados o incluso obteniendo malos resultados. En ocasiones este problema es el efecto de la observación temprana y posterior imitación de modelos parentales. El resultado en la vida adulta puede ser tanto la imitación inconsciente de esos mismos patrones de comportamiento o en su defecto ir al otro extremo y hacer exactamente lo contrario, (a veces con resultados peores que la imitación). Por ejemplo un hombre puede ser sumamente egoísta "imitando" al padre o patológicamente generoso por reacción a el. Una madre puede ser muy estricta y dominante porque con ella fueron así o a la inversa demasiado permisiva para no hacer lo que le hicieron a ella.

Otra de las causas por las cuales podemos estar haciendo una y otra vez aquello que no nos conviene hacer, es que en el pasado ese comportamiento puede haber sido muy exitoso aunque ya no lo sea. La imitación es suicidio creativo, aún cuando esa imitación sea de nosotros mismos en otra etapa diferente de nuestra vida.

Cualquier comportamiento humano extraído de su contexto situacional histórico o temporal puede devenir en un ritual absurdo e inefectivo, mas parecido al automatismo animal que al espíritu humano.

 

 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La crisis de la pareja"

 

 

Reflexiones de Gustavo Ekroth sobre el tema:

¿POR QUÉ MURIO EL AMOR?

Muchas personas luego de una separación, se formulan esta pregunta insistentemente sin encontrar una respuesta lógica a su interrogante. Pero el amor o su muerte no es un problema matemático que pueda resolverse a través de la razón. Tambien podríamos preguntarnos inútilmente: ¿Por qué nació el amor entre esas dos personas? Sin embargo generalmente eso nunca lo hacemos, cuando el amor surge es tan intenso que a quien le puede interesar las preguntas profundas y las dudas metafísicas.

Cuando el amor llega a nuestro corazón aceptamos ese regalo de la existencia, sin preguntarnos si es real o falso, si va a durar mucho o poco y lo peor de todo es que por norma, nunca nos preguntamos que deberíamos hacer para cuidarlo, mantenerlo vivo y hacerlo crecer.

Cada amor debería venir con un manual para el usuario, aunque seguramente creo que la mayoría tiraría el manual sin siquiera ojearlo, y se dedicaría a usar el "producto" inmediatamente. Asimismo debería proporcionarse un folleto con las especificaciones del "producto", que ocasionaría aproximadamente el mismo resultado: Nadie lo leería. Lo cual seria un grave error porque tal vez el "producto" que nos vendieron y compramos no es amor, puede que sea: y atracción sexual, pasión, o deslumbramiento. Dado lo cual deberíamos tener comportamientos y actitudes acordes al sentimiento real de base. Por ejemplo: no podemos sustentar una relación de pareja estable simplemente en la atracción sexual, o en la admiración, obviamente se necesita el amor.

Tambien por eso a veces puede ser tan difícil encontrar la supuesta causa de la muerte del amor. Porque el hecho crudo en estos casos, puede ser que en realidad, el amor nunca murió, porque nunca existió. Por ejemplo: primero hubo atracción sexual, luego costumbres bre, tal vez mas adelante conveniencia, culpas y compromisos, y al final, resentimiento, indiferencia y separación. Sin embargo en ningún momento murió el amor porque nunca estuvo allí realmente.

De hecho a veces el amor esta allí bien presente en una pareja y nadie sabe a ciencia cierta porque ni como nació, otras veces, desaparece como por arte de magia sin existir un motivo concreto para ello. Es poco lo que sabemos sobre el amor, pero lo que sí todos sabemos muy bien, aunque a veces nos "olvidemos" o nos hagamos los "distraídos" son las cosas que debilitan el amor y pueden llegar a aumentar enormemente las probabilidades de que muera. Por ejemplo: el egoísmo, la agresividad, el autoritarismo, la desconfianza, los celos enfermizos, la negatividad, la falta de demostraciones afectivas, etc.

Cuando deshojamos "La margarita del amor" ponemos el énfasis en: me quiere, no me quiere, mucho, poquito y nada. Pero en realidad si nos interesa por sobre todas las cosas mantener y nutrir el amor, deberíamos poner el énfasis, en darnos cuenta si nosotros mismos queremos mucho, poquito o nada.

 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay más violencia en el mundo o es

 

la misma de siempre?

 

 

 

Reflexiones de Gustavo Ekroth sobre el tema:

  Características del joven potencialmente violento:

•  Intensos sentimientos de inferioridad (generalmente no admitidos)

•  Baja tolerancia a la frustración

•  Deficientes hábitos laborales y/o educativos

•  Desmotivación generalizada

•  Ideas persecutorias

•  Pensamientos obsesivos de daño o injusticia

•  Aislamiento social y/o predilección por grupos o personas "marginadas"

•  Admiración por "modelos" violentos reales o de la ficción

•  Dificultades para establecer relaciones de pareja viables

•  Valores morales confusos y/o cambiantes

•  Rechazo exagerado por las reglas y los convencionalismos sociales

•  Predisposición a las adicciones (drogas, alcohol, video juegos, Internet, etc.)

Los violentos

El ser humano es violento por naturaleza, de hecho es el ser más violento que ha existido en el planeta hasta la fecha, cinco mil guerras en tres mil años de historia conocida lo atestiguan. Sin embargo el hombre con su gran capacidad de aprendizaje y superación constante, ha logrado controlar y transformar la mayor parte de ese enorme caudal de energía destructiva. El arte, la ciencia, la sociedad, e incluso lo que hoy conocemos como civilización es en parte el resultado de la canalización constructiva del feroz instinto agresivo humano.

A pesar de vivir en un mundo aparentemente cada vez más violento, la realidad es que afortunadamente la mayoría de los individuos que conforman una sociedad logran controlar, dominar y transformar su agresividad en un sentido positivo. De no ser así la humanidad ya no existiría desde hace muchísimo tiempo. Por supuesto que en todos los grupos humanos hay excepciones y esas excepciones suelen ser notorias porque la agresividad del tipo que sea, tiene un fuerte impacto sobre el resto de los individuos.

La persona violenta puede tener factores genéticos que la predispongan o problemas orgánicos que generen su agresividad, pero en la mayoría de los casos las causas deben buscarse en elementos psicológicos determinados por la educación y la historia de vida personal. Por ejemplo la baja tolerancia a la frustración, o la tendencia a "acumular" la ira, no dejándola salir en pequeñas "dosis" y luego explotar violentamente sin control en situaciones que no lo ameritan. Otro de los factores psicológicos es la observación y posterior imitación de modelos parentales o sociales altamente agresivos.

Así y todo, en los casos de violencia extrema que puede llegar a concluir en el asesinato, generalmente no alcanza con los factores violentos internos, son necesarios también factores externos que "apoyen" el acto. El que es violento, no es agresivo con cualquier persona ni en cualquier situación. Por ejemplo, la victima tiene que ser más débil o por lo menos parecer más débil a los ojos del agresor o encontrarse en un estado de indefensión, caso de un linchamiento. En este último caso tenemos que tener en cuenta también el velo de anonimato que genera formar parte de un grupo agresivo numeroso.

Otro de los determinantes externos de la agresión, puede ser la obtención de recompensas reales o simbólicas, por ejemplo un pago en efectivo y/o lograr un mayor estatus dentro de un grupo social determinado.

También un factor externo a tener en cuenta es cuando el agresor tiene la sensación real o imaginaria de que su acto agresivo no va a tener una sanción legal o por lo menos no va a tener una penalización importante.

Por ultimo dentro de los factores que "liberan" la agresión no podemos dejar de tener en cuenta el efecto de las drogas psico-activas, las sustancias que alteran el estado de conciencia, el abuso del alcohol y todas sus combinaciones posibles.

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Somos una

 

sociedad envejecida

 

 

mentalmente o no"

 

Reflexiones de Gustavo Ekroth sobre el tema:

El sesgo perceptivo es nuestra manera personal de ver el mundo que nos rodea. Podemos percibir nuestro entorno como un lugar inhóspito, triste y peligroso o podemos verlo como un espacio "luminoso", pleno de desafíos, enseñanzas y logros.

 

Nuestra forma de interpretar la realidad cambia con los años y las experiencias buenas y malas vividas en ellos. Generalmente los más jóvenes tienen una visión de la vida más optimista, más arriesgada, menos racional y más intuitiva. Las personas con más años tienden a ser más racionales, más temerosas, más inseguras y desconfiadas de si mismas y de los demás ( e incluso a veces hasta más malhumorada ).

Parece ser como si los fracasos, las desilusiones, los proyectos inconclusos o los malos momentos vividos " envejecieran" nuestra forma natural, positiva y optimista de ver a las personas y el mundo.

Algunos antioxidantes psicológicos contra el "envejecimiento mental" podrían ser:

•  Aprender a criticar menos a los demás y a uno mismo. Siempre intentar descubrir lo positivo en uno mismo y en los demás ( por cada crítica tratar de encontrar al menos diez elogios ).

•  En vez de quejarse de todo y de todos, intentar agradecer más a la vida.

•  Perseguir al " si se puede" y escapar del " no voy a poder" .

•  Comprometerse más con uno mismo. Están bien los compromisos con los demás sobre todo si los queremos, pero no está mal orientarse algo más a los gustos, preferencias y necesidades personales.

•  Bromear más, reirse más, (fruncir menos el ceño) buscarle el lado divertido a las realidades de la vida, sean buenas o malas.

•  Disfrutar más del trabajo, poder tomase pequeños respiros durante la jornada laboral, sin sentirse culpable y dejar de estar tenso y apegado, a un resultado final no muy claro y si muy distante en el tiempo.

•  Decir "si" a todo lo que nos llena de energía y vida. Puede ser dormir más horas, visitar amigos queridos, tener más contacto con la naturaleza, jugar con un niño o simplemente escuchar música de nuestro agrado.

•  Decir "no" a todo lo que nos cansa, aburre, o no cumple ningún fin lógico en nuestra vida. Por ejemplo, ir a reuniones sociales que no nos interesan por "obligación", o ir a ver un espectáculo que no es de nuestro agrado para no "defraudar" a alguien.

•  Buscar siempre que se pueda el lado luminoso de las cosas, dejar de ver y buscar catástrofes y cosas terribles en todas partes. Por ejemplo, en vez de hablar constantemente de los defectos de fulano y mengano, intentar por un momento descubrir alguna virtud en alguna persona y comentarlo con otra persona.

•  Obedecer menos a la tiranía del "debería" y "tendría" y prestar más atención a la voz del "me gustaría".

•  Dejar de culpabilizarse por los errores del pasado, eso ya fue y no lo podemos cambiar, de nada sirve, todo lo que podemos hacer es evitar cometer el mismo error y enfocarnos hacia un futuro mejor.

•  Dejar el deporte de discutir por el placer de tener razón.

•  Dar menos sermones y escuchar más a los demás, tal vez ellos tienen cosas importantes que decirnos que pueden aportar mucho a nuestras vidas.

•  Interesarse genuinamente en los demás. Escucharlos más, dejar de mirar se el ombligo por un segundo y en vez de sentirnos importantes, intentar que alguna vez los otros se sientan importantes para nosotros.

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Disfrutamos de lo que

 

tenemos o nada nos hace

 

felices"

 

Reflexiones de Gustavo Ekroth sobre el tema:

Como terapeuta, el comentario "nada de lo que tengo me hace feliz" me resulta sumamente familiar. Obviamente esta "queja" de alguna manera se puede llegar a relacionar con sentimientos depresivos, angustia existencial, crisis de valores o situaciones de alto stress y preocupación entre otros factores. Pero debajo de la piel de este comentario, existen al menos cuatro duras realidades profundas, que conforman la raíz del problema.

La primera realidad es que si NADA nos hace felices, es simplemente porque no somos felices. Cuando una persona es naturalmente alegre y feliz no necesita ningún motivo en particular para serlo igualmente cuando alguien es básicamente triste, depresivo, pesimista y negativo tampoco necesita ningún motivo en especial para sentirse infeliz. Asi, pues cuando alguien es, profundamente infeliz, aunque tenga breves momentos de alegría nada lo hará feliz, a la inversa cuando alguien es profundamente feliz aunque tenga momentos de tristeza nada lo hará infeliz.

El segundo concepto problemático implica la frase "Nada de lo que tengo me hace feliz" radica en la premisa falsa de que: El TENER determinada cosa o determinadas cosas nos dará la felicidad. Muchas veces vemos que las personas organizan su vida entorno a conseguir algo, una pareja, hijos, una profesión, un mejor nivel de vida, una casa afuera, etc. Pero generalmente observamos que luego de muchos esfuerzos cuando finalmente lo consiguen o bien ya no les interesa o ya no lo quieren porque les trae problemas o bien ya están corriendo detrás de otros proyectos cuya concreción mágicamente y supuestamente lograría la tan ansiada "calma" y felicidad. Cada ser humano persigue sus propias ilusiones y paraísos personales pero cuando logra estar allí muchas veces descubre para su sorpresa que llego el infierno y no precisamente el paraíso. La profesión no era lo que el se imagino, la pareja tiene mal carácter y la casa afuera se llena de personas "indeseables". Las causas de este tipo de situación pueden ser: a) muchas veces no sabemos lo que realmente queremos, b) no sabemos como disfrutar lo que tenemos y c) ( la más probable de todas) un estado de infelicidad subyacente lleva a la persona a organizar y orientar su vida hacia los elementos negativos y oscuros de cualquier situación en lugar de enfocarse hacia el lado luminoso y positivo de cada cosa.

La tercera dura realidad que implica la "queja", -Nada de lo que tengo me hace feliz- es que: Muy probablemente quien hace una afirmación de este tipo ha logrado muchas o muchísimas cosas de las que se propuso en la vida y se encuentra "saturado" del éxito, ya nada lo conmueve ya nada lo impresiona ya nada le interesa. Ese es el drama del éxito, cuando no se lo tiene parece importantísimo e indispensable para una vida feliz y cuando se lo alcanza resulta hueco, insulso y carente del sentido profundo de realización personal, que imaginábamos iba a tener.

El cuarto y ultimo problema importante que subyace en la raíz de la declaración –Nada de lo que tengo me hace feliz- se relaciona con el concepto equivocado de que la felicidad es algo exterior y que por lo tanto si hacemos y logramos determinadas cosas en algún momento nos va a llegar desde afuera. La realidad es que la felicidad es un don interior con el que todos nacemos. Ningún niño nace infeliz sin embargo muchísimos adultos lo son. La felicidad es como un inagotable e indestructible tesoro interior que en los adultos suele estar cubierto de capas y capas de basura ( léase prejuicios, frustraciones, miedos, traumas, desengaños, odios, agresiones, etc.).

 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los uruguayos sabemos

 

construir nuestros

 

proyectos de vida?" "Somos

 

capaces de planificar

 

racionalmente nuestros

 

objetivos para el resto del

 

año"

 

Resumen de conceptos y reflexiones vertidos sobre el tema, por el Ps. Gustavo Ekroth:

  • ¿Somos amantes de la improvisación? O tal vez odiamos todo lo que sea planificado
  • ¿Sabemos establecer la diferencia que hay entre los planes "reales" y los planes mentales o imaginarios?
  • ¿Enfocamos nuestra vida hacia proyectos posibles o nos desgastamos eternamente en proyectos imaginarios que nunca llevamos a la práctica?
  • ¿Estamos constantemente tan ocupados con los proyectos urgentes que nunca atendemos los proyectos importantes?
  • ¿Buscamos ante todo la perfección o lo que más nos interesa es la pronta ejecución de nuestros planes?
  • ¿Nos preocupamos de las cosas que tenemos que hacer o nos ocupamos de hacerlas?
  • ¿Podemos pasar del pensamiento a la acción o solemos quedarnos en pensamientos y más pensamientos?
  • Con respecto a nuestro planes, lo más importante ante todo es saber a donde queremos ir. Cuando sabemos a que destino queremos llegar el método de "transporte" surge por sí solo. Los métodos sobran, lo más difícil es lograr tener la intención y los objetivos absolutamente claros.
  • Podemos tener el mejor método de transporte para ir a cualquier lugar del planeta por ejemplo un jet privado pero si no sabemos a donde queremos llegar por ejemplo a Chile, podemos dar varias veces la vuelta a l mundo y pasar varias veces sobre Chile, pero jamás vamos a llegar a nuestro destino. Por el contrario si nuestra intención y nuestro objetivo de ir a Chile es claro, podemos llegar allí hasta con el peor de los métodos, por ejemplo ir caminando.
  • Algunas personas se pasan la vida pensando en cual será el mejor método, "en que van a ir", pero no saben muy bien hacia donde quieren ir.
  • La búsqueda del placer inmediato muchísimas veces nos aleja totalmente de la búsqueda de la calidad de vida, el crecimiento personal y el logro de objetivos.
  • La adicción a la búsqueda de gratificaciones instantáneas unida a la evitación de acciones y situaciones potencialmente "desagradables" pero necesarias para lograr una vida mejor, nos alejan inexorablemente de la planificación y el logro de objetivos deseados.

 

 

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Gustavo Ekroth: "Los asesinos seriales no sienten piedad"

Ante el estupor que se ha apoderado de la sociedad uruguaya, El Espectador convocó al psicólogo Gustavo Ekroth (autor, entre otras publicaciones, de los bestsellers "La locura uruguaya" y "El evangelio según San Dinero"), para desentrañar las razones psicológicas, los motivos que podrían haber impulsado a estos enfermeros a matar a pacientes en los hospitales en los que desempeñaban sus funciones.

La pregunta fundamental es ¿porqué lo hicieron?  Y enseguida surgen otras: ¿fueron asesinatos piadosos?, ¿crímenes seriales, cometidos por placer o como resultado de alguna perturbación emocional?

Ekroth realizó un abordaje psicológico para penetrar en las mentes de los enfermeros procesados por el Juez Rolando Vomero.

Sobre el estado metal de los uruguayos al respecto de la salud y los médicos, Ekroth describió lo que ve  todos los días en su consultorio.

“En primer lugar, viéndolo como psicólogo y terapeuta, diría que todos los días veo a  muchas personas que llegan pidiendo ayuda por diversos motivos, que presentan una cierta paranoia con temas relacionados con los cuidados de la salud, el personal de salud, por hecho de este tipo que han ocurrido antes. Pienso que las personas deberían sentirse más seguras si entran a un lugar donde van a ser tratadas, no deberían esperar que pudiese sucederles algo así. Estoy consternado con esta noticia de los asesinatos”.

Cuando se les preguntó a estos enfermeros por qué actuaron como actuaron, ellos explicaron que el móvil de sus acciones fue la piedad para que los pacientes no sufrieran aun cuando se comprobó que no se trataba de pacientes terminales. 

Sobre los asesinatos piadosos, Ekroth reflexionó:

“En los asesinos seriales hay dos características que siempre están presentes: una, de reciente descubrimiento, que es la falta de neuronas en espejo. Esto lo descubrió la neurociencia hace unos 15 años. Estas neuronas son las neuronas de la empatía, las que nos permiten sentir dolor frente al dolor de otra persona o de los seres queridos. Son las mismas neuronas que nos hacen bostezar cuando vemos a alguien bostezar. Los asesinos seriales, se ha comprobado, que tienen pocas de estas neuronas o que directamente carecen de ellas. Estos asesinos sin incapaces de sentir piedad por sus victimas. Esta es una característica neurológica. En el plano psicológico, la falta de frenos morales y de sentimientos de empatía. Todos los asesinos seriales tienen un motivo. La otra característica es el odio a una raza o a una cultura, rechazo a las conductas sexuales que desarrollan sus víctimas (prostitutas, homosexuales). La mayoría de los asesinos seriales tienen la idea de que sus víctimas merecen morir y por esta razón, cuando estos asesinos son condenados sienten que se está cometiendo una injusticia con ellos por que ellos tenían un motivo”. 

Con respecto a la falta de arrepentimiento en estos asesinos seriales, Ekroth explicó:

“En muchos casos no existe el arrepentimiento porque no tienen conciencia moral. El asesino no toma conciencia de que ha hecho algo mal, incluso, después de años 

de estar prisionero, siguen pensando que hicieron bien en matar a un ser humano. Otros, después de años pueden llegar a tomar conciencia del daño que causaron y sentir un genuino arrepentimiento”. 

Inés Mazziotti, la abogada de uno de los procesados, afirmó que su defendido, había sido abusado sexualmente durante su infancia. Preguntado sobre si este hecho podría haber tenido algún vínculo con el impuso asesino del enfermero, Ekroth aclaró:

“Sí y no. Todo hecho de abuso sexual o no sexual, cualquier violencia ejercida sobre un niño, sobre todo antes de los seis años, puede tener una incidencia importante en su vida adulta, puede crear una persona insana, mentalmente. Pero también, el ser humano tiene la posibilidad de trascender el trauma. Hoy, en la psicología moderna, hablamos del concepto de resiliencia que es la capacidad que tiene el ser humano a sobreponerse, no quebrase y salir fortalecido de un trauma. Lo importante es establecer el diagnóstico actual, más que dar por hecho de que por haber sido abusado, ahora se ha convertido en un asesino serial”. 

La policía está informando en estos días a las familias de los pacientes asesinados. Sobre como estará impactando esto en los familiares, Ekroth profundizó el concepto del “duelo”.

“Obviamente, esta situación genera una derivación en el duelo. El duelo es un proceso circular: se abre y se cierra. El problema es que ese duelo ya procesado por los dolientes se abrió y se cerró por un lugar que no era el lugar de cierre. Entonces se reabre el duelo en sus diferentes etapas y eventualmente volverá o debería volverse a cerrar en algún momento"

 

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Diario El País columna EL DIVÁN CIUDADANO

 “TRUCOS PARA EL BIENESTAR”

 

Muchos de los supuestos problemas emocionales y/o psicológicos que padecen las personas hoy en día, son fundamentalmente el resultado de tensiones “físicas” sostenidas y acumuladas durante horas, días, semanas y meses. Todos sabemos que  una preocupación importante, puede llagar a producir contracturas musculares o dolores de cabeza pero los efectos emocionales de  las tensiones físicas sostenidas van mucho más allá de eso, por ejemplo angustias inmotivadas, depresión, desinterés, insomnio, etc.

Nuestro cuerpo posee un nivel óptimo de funcionamiento, el cual es mantenido en forma constante por el sistema nervioso autónomo. Los peligros reales o imaginarios, las preocupaciones y los problemas cotidianos, sacan de ese balance óptimo a  nuestro cuerpo, lo cual genera un estado emocional displacentero. Normalmente el sistema nervioso autónomo restablece rápidamente el equilibrio y pone fin a la alteración emocional. Sin embargo cuando nos vemos bombardeados constantemente durante todo el día por estímulos estresantes, preocupaciones o problemas inesperados los recursos de adaptación se ven agotados y no podemos reestablecer el equilibrio físico óptimo. Cuando esto ocurre podemos caer en estados de angustia, depresión o pánico que eventualmente con el tiempo pueden llegar a convertirse  en crónicos.

Si de alguna manera podemos reestablecer el equilibrio orgánico perdido también vamos a lograr mejorar indirectamente nuestro estado emocional. El cuerpo puede ser la llave para el dominio de nuestros estados de ánimo.

Existe toda una serie de “trucos” que pueden ayudarnos tanto a evitar perder el control emocional como a restablecerlo cuando este ya se ha perdido. Por ejemplo cada vez que sentimos que estamos por tensionarnos o que ya estamos tensionados podemos simplemente cerrar los ojos durante cinco minutos en un lugar donde nadie nos moleste. El suprimir los estímulos visuales y quedarse lo más quieto posible ayuda enormemente al cuerpo a restablecer su equilibrio normal o por lo menos a no seguir incrementando el descontrol emocional. Ni siquiera  es necesario relajarse, muchas personas al intentarlo descubren que la preocupación y el esfuerzo por lo global rar la relajación las tensiona aún más. Otra “técnica” que puede ser de mucha utilidad (siempre que se pueda llevar a cabo) es una caminata al aire libre. Aunque tal vez sigamos pensando en el problema o los problemas, nuestro cuerpo se va a encontrar en mejores condiciones para recuperar la homeostasis perdida. No es necesario caminar una hora, incluso una rápida vuelta a la manzana puede obrar maravillas. Siempre de ser posible otra de las cosas que podemos hacer para ayudar al cuerpo a volver al punto óptimo de equilibrio es escuchar música suave durante un rato. Si tenemos buena imaginación otra de las opciones es recordar con el mayor realismo posible un hecho agradable que hallamos vivido o imaginar un hermoso paisaje con el mayor lujo de detalles posible. Lo que hace que estas “técnicas” puedan llegar a funcionar no es la “intensidad del método” sino la perseverancia en emplearlas todas las veces que sea necesaria cada día y todos los días.

Gustavo Ekroth

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Diván Ciudadano. Diario El Pais

Domingo, 11 de Setiembre de 2005

Anestésicos del alma.

Estoy totalmente en contra de todo tipo de adicción; pero paradójicamente, no estoy en contra de las drogas en general. Si lo estuviese, estaría en contra de más del 50 % de las cosas que comúnmente todas las personas hacen, incluso diariamente. Además de que, obviamente, existen usos médicos de diferentes tipos de drogas, los cuales serían “sanos”, casi cualquier comportamiento, sustancia o actividad humana puede llegar a convertirse en una droga. Todo depende de cómo se las use; la televisión puede ser una droga poderosa, al igual que Internet, el enamoramiento, la comida, el ayudar a los demás, el sexo, o los juegos de computadora.

Existen muchos, pequeños y grandes “escapismos”, que todos podemos llegar a emplear en situaciones “criticas”. Para algunos el escapismo puede ser comer, para otros dormir, mirar televisión o tomar unos tragos. Así pues, el problema más grave no es el comportamiento o la sustancia en si misma (aunque obviamente también lo puede ser) sino el uso que se pueda llegar a hacer de ella. El verdadero drama es la adicción, la dependencia, el hábito compulsivo que la persona no puede dominar y lo domina a ella, ya sea con los juegos de azar, el sexo, el trabajo, los negocios o los somníferos.

Se ha hablado mucho de los efectos físicos negativos de las drogas ilegales (y creo que eso está muy bien) pero se ha hablado poco y nada de los efectos psicológicos y emocionales negativos de las drogas, ilegales o legales. A mi modo de ver,  en algunos casos, los efectos negativos en la psiquis humana son mucho peores que el propio daño físico que eventualmente pueden llegar a causar. Incluso hoy en día, “drogas” como la adicción al enamoramiento o la inhalación de oxigeno puro (que ya se está comercializando con mucho éxito en algunas discotecas del primer mundo) que por ahora no son ilegales ni producen daños físicos constatables, pero que seguramente cuando se constituyen en hábito compulsivo y dependencia, alteran y mucho el “metabolismo psicológico” normal del ser humano.

Las drogas, del tipo que sean, en algunos casos nos anestesian frente a las realidades de la vida, por ejemplo, haciéndonos más indiferentes frente al dolor propio o el ajeno, con las consecuencias que esto puede tener a mediano y largo plazo. En otros casos, inhiben los miedos lógicos y normales, y nos conducen a tomar decisiones erróneas que pueden tener consecuencias desastrosas, como por ejemplo, tener sexo no seguro, emprender negocios imposibles que luego fracasan estrepitosamente o establecer relaciones que tienen muy pocas chances de tener un “final feliz”.

La adicción a cualquier tipo de escapismo también puede interrumpir y/o distorsionar procesos psicológicos normales y necesarios, como por ejemplo, el duelo frente una pérdida importante o la natural maduración psicológica a medida que pasan los años. Así mismo, “las drogas” bloquean o suavizan emociones humanas necesarias para el aprendizaje y el cambio, como pueden serlo la tristeza, la ira o la frustración. Por ejemplo, al no sentir una ira razonable que sirva de acicate frente a una injusticia, tal vez no emprendamos las acciones necesarias para que nuestros derechos sean respetados y generar un cambio positivo en nuestro entorno.

PSICÓLOGO GUSTAVO EKROTH.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Diván Ciudadano.

Como la primera vez.

 

Cuando nos enamoramos por primera vez, la fuerza de ese amor, en cierto sentido, está relacionada con la falta de prejuicios y temores causados por viejas heridas recibidas en el pasado. Nuestra percepción del amor es “ingenua”, maravillada y expectante frente a lo desconocido. Luego de haber vivido varios amores, nuestra actitud frente al enamoramiento pasa a ser más “racional”, desconfiada y escéptica. Naturalmente, con esta nueva actitud, si es que el amor llega a surgir nunca alcanza su brillo original.

En este sentido, nuestra mente es como un complejo ordenador que almacena conocimientos. Algunos de estos “archivos” son útiles y necesarios, como por ejemplo el lenguaje o la capacidad de leer y escribir, pero otros pueden ser perjudiciales, como por ejemplo las sobregeneralizaciones: “todos los hombres son infieles”, “todas las mujeres son interesadas”, o los pensamientos catastróficos: “todas las relaciones siempre fracasan por una cosa u otra”.

A veces la mente resulta ser el mayor impedimento para lograr ser feliz.  Probablemente, cuanto más jóvenes somos más “dementes” somos, pero también, más felices. Con los años la mente va creciendo y acumulando programas buenos y malos. Lamentablemente, los “archivos perjudiciales” van nublando nuestra visión para poder ver lo esencial, como por ejemplo, el amor, la amistad, la confianza, la generosidad, la honestidad, etc.

Cuando miramos a nuestra pareja, sobre todo si hace años que estamos con ella o él, difícilmente la miramos con nuestros ojos como la primera vez, por el contrario, lo hacemos a través del filtro de la mente. Si a lo largo de los años hemos acumulado muchas “flores y amaneceres”, nuestra mirada estará teñida por ellos, y si hemos vivido muchas “sombras y desencuentros”, lo que veremos a través de ese filtro no nos va a gustar mucho.

Luego de una pelea prolongada o una separación transitoria, el reencuentro puede llegar a tener algo del sabor de la primera vez. El tiempo y la distancia a veces desvanece la fuerza de los malos recuerdos y posibilita una mirada más maravillada, expectante y sin prejuicios.

El maestro Osho solía darle a las parejas con problemas la técnica de intentar mirarse a los ojos como si fuera  la primera vez, sin las cargas del pasado. Tomaba tiempo pero algunos lo lograban y valía la pena, aunque pienso que, en ciertos casos que conozco, la única posibilidad de alcanzar esta mirada sería la amnesia postraumática.

Psicólogo Gustavo Ekroth.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

COLUMNA: EL DIVAN CIUDADANO Diario EL PAIS DOMINGO 29 DE MAYO DE 20O5

“Ataques de Pánicos”

” Estaba sola en mi casa y de la nada empece a sentir palpitaciones, sensaciones de mareo, opresión en el pecho y  falta de aire. Sentí que me estaba  muriendo. Llamé a la emergencia móvil pero no me encontraron absolutamente nada físico, luego me hice infinidad de exámenes médicos pero todos dieron bien…  Desde entonces tengo un diagnóstico de ataques de pánico….”

Los trastornos de pánico atacan al 1.6 por ciento de la población general y es el doble de frecuente en mujeres que en hombres. Casi siempre los primeros ataques comienzan en la etapa de adulto joven, pero la enfermedad también puede hacer su debut a cualquier otra edad, tanto en la infancia como en la tercera edad.

Los ataques de  pánico surgen inesperadamente sin una razón inmediata observable que los justifique, esto los hace mucho más atemorizantes que otros tipos de miedos más concretos  predecibles y “evitables”. Las crisis pueden ocurrir a cualquier hora y en cualquier lugar, durante el día  o la noche o incluso  al estar durmiendo. Tampoco existe una relación directa con el estado de ánimo o la actividad que la persona este desarrollando en ese momento, puede estar mirando la televisión o trabajando, puede estar tranquilo o estresado, tanto da.

El ataque puede regresar en cualquier momento, y esto genera una ansiedad y temor anticipatorios casi constantes que agravan el problema en si mismo.

SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES DEL ATAQUE DE PÁNICO.

Palpitaciones

  • Mareos

  • Vértigo

  • Nauseas

  • Sensación de desmayo inminente

  • Sentimiento de irrealidad

  • Ideas catastróficas

  • Manos y pies fríos a la vez que transpirados

  • Dolores en el pecho

  • Problemas estomacales

  • Sofocones o escalofríos

  • Ahogos o sensación de asfixia

  • Hormigueo  en las extremidades o entumecimiento

  • Temblor generalizado

  • Sensaciones de falta de control a estar perdiendo la razón

  • Temor a morirse

¿ATAQUE O TRASTORNO DE PÁNICO?

Afortunadamente no todas las  personas que experimentan un ataque de pánico desarrollan la  grave condición llamada trastorno de pánico o desorden de pánico.

Como habíamos visto anteriormente, el no poder anticipar cuando y donde va ocurrir el próximo ataque produce una casi continua preocupación.

Esta inseguridad en muchos casos conduce a una restricción casi supersticiosa de determinadas tareas y actividades tendiente a evitar a toda costa el temido encuentro con el ataque.

Por ejemplo la persona puede evitar ir al supermercado, manejar un vehículo (incluso una bicicleta), no salir de su casa nunca o hacerlo solo en compañía de determinadas personas que lo hacen sentir “seguro”.

Este tipo de comportamientos tiene cuatro efectos negativos que llevan a consolidar la enfermedad.

Primero la ayuda solicitada a otras personas se vuelve crónica y genera dependencia.

Segundo la dependencia termina por producir una muy baja autoestima junto con sentimientos de invalides.

Tercero como la persona evita determinadas situaciones y actividades que le producen temor, desarrolla una hipersensibilidad a esos estímulos que nunca enfrentan y por ende le resultan más atemorizantes todavía.

Cuarto la vida se vuelve muy restringida, rutinaria y aburrida por la falta de actividades normales como ir de compras o visitar un amigo, actividades recreativas como ir al cine, o actividades de desarrollo y crecimiento personal como estudiar.

Para finalizar debemos agregar que el desorden de pánico típico generalmente va acompañado de otros problemas sobre-agregados como por ejemplo: depresión, alcoholismo, o farmacodependencia.

En la actualidad este mal tiene solución pero por supuesto  siempre va a ser conveniente para obtener mejores resultados atacar el problema en su etapa inicial de ataque de pánico puntual evitando pasar a la etapa de trastorno de pánico y muy especialmente a sus problemas  sobre-agregados.

Psicólogo Gustavo Ekroth.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

COLUMNA: EL DIVAN CIUDADANO Diario EL PAIS

ATRACCIÓN POR LO MÁGICO

El ser humano a lo largo de la historia siempre a tenido una especial fascinación por lo mágico. La magia como

práctica generalmente esta destinada a la realización de un deseo (“bueno” o “malo”) que de otra manera sería imposible o poco probable de lograr y/o implicaría un gran sacrificio para la persona.

Es natural querer buscar siempre el camino más fácil pero a veces el camino más fácil es solo eso, un camino fácil pero inefectivo, en el cual nos forzamos a creer aunque muy en el fondo sabemos que no va a funcionar. Por ejemplo una persona preocupada por su sobrepeso puede llegar a adquirir y consumir unas pastillas “mágicas” para adelgazar. A pesar de la dudosa procedencia y contenido de las pastillas la persona prefiere creer que si van a funcionar e incluso aunque no adelgace puede llegar a enemistarse con quien le diga que esas pastillas no sirven para nada.

¿Qué determina que una persona común y corriente crea en lo no creíble y se aferré a a ello con uñas y dientes?

La primera causa y tal vez la más importante es la infelicidad. Una persona muy triste, deprimida, o carenciada tiene la “necesidad” de creer que alguien o algo mágicamente va a resolver todos sus problemas. Una persona desgraciada suele ser la presa más fácil para los vendedores de ilusiones, sean estas posibles futuras parejas, estafadores en potencia o falsos gurues. La desesperación nubla la razón por ejemplo la esposa cuyo marido es alcohólico crónico quiere creer que “mágicamente” de un día para otro (sin hacer nada en especial) dejará la bebida, simplemente teniendo “fuerza de voluntad”.

Las creencias mágicas cotidianas van desde pequeñas supersticiones como por ejemplo ponerse “ese” par de medias para salvar el examen o entrar a la entrevista de trabajo con el pie derecho hasta rituales para causar mal a un “enemigo” y/o evitar que nos siga dañando.

El segundo motivo por el cual la gente cree en cosas sin fundamento lógico es la tendencia a la pasividad y la inacción unido a una baja tolerancia a la frustración. Por ejemplo personas informadas e inteligentes que cuando salen a correr usan prendas abrigadas para transformar mágicamente la grasa en agua y poder seguir comiendo todo lo que tengan ganas sin sentirse tan culpables.

Una antigua historia sufi que solía narrar Osho, cuenta que un maestro que viajaba por el desierto, llegada la noche le pide a un discípulo que ate los camellos. Este ultimo estaba tan cansado que en vez de atarlos ora pidiéndole a Ala que cuide los camellos y se va a dormir. A la mañana siguiente todos los camellos habían desaparecido. El maestro indignado pregunta al discípulo “¿Qué has hecho?” Y este responde: “Hice como tu me enseñaste, confié en Ala, le pedí que cuidara a los animales y luego me fui a dormir”. A lo que el maestro responde: “La única mano que tiene Ala para atar los camellos es tu propia mano por eso primero ata los camellos, luego confía en Dios, ora y recién ahí ve a dormir en paz. El mensaje es: hazte responsable de tu propia vida aunque sea durol molesto o lento has cuanto antes todo aquello que sabes positivamente tienes que hacer y recién allí relájate y confía en fuerzas mas allá de lo que ven tus ojos.

Psicólogo: Gustavo Ekroth

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

COLUMNA: EL DIVAN CIUDADANO Diario EL PAIS

AUTOAGRESION

El comportamiento autodestructivo parece ser algo bastante antinatural que se contrapone totalmente al instinto de conservación y a la supervivencia de la especie.

Sin embargo la autoflagelación es muy frecuente en casos excepcionales como por ejemplo el de los niños autistas, o las personalidades masoquistas, aunque también lo podemos ver cotidianamente en personas comunes y corrientes que día a día se involucran en comportamientos, actitudes y emociones autodestructivas.

Las caras de la auto agresión son muy variadas y a veces engañosas, las manifestaciones mas frecuentes y obvias son las relacionadas con todo tipo de adicciones, por ejemplo:  alcoholismo, fármaco dependencia, adicción al trabajo, la adicción a  las personas o codependencia, etc. Pero existen otros tipos de comportamientos autodestructivos no tan obvios como por ejemplo  en materia sentimental elegir siempre a la persona equivocada o postergar indefinidamente la toma de decisiones importantes que mejorarían la calidad de vida o tener el hábito de hacer siempre las cosas de la manera mas complicada y difícil posible.

También frecuentemente podemos observar comportamientos auto agresivos velados que atentan directamente contra la vida como por ejemplo: El sedentarismo, la mala alimentación, la falta de precaución a la la hora de evitar enfermedades de transmisión sexual o la costumbre de manejar rápido y “mal”.

En algunos casos parece ser como si las personas crearan su propio infierno, para poder asi sufrir, quejarse y hasta llegar a sentirse importantes, atrayendo la atención de los demás.

Cuando un niño autista se auto mutila recibe inmediatamente la atención de su entorno. Su conducta es su lenguaje, tal vez nos esta diciendo que necesita amor, ayuda y comprensión. Paradójicamente los adultos sanos en determinadas circunstancias pueden llegar a presentar un comportamiento bastante similar.

Las tristezas, desilusiones y “grandes” problemas generan mas simpatías que las alegrías y los éxitos. Desde el punto de vista de una economía emocional a veces no resulta ser tan mal negocio, lamentarse, quejarse y llorar. Ya lo dice la letra del tango ” El que no llora no mama ……”

Existen infinitas maneras inconscientes de crearse problemas y complicarse la vida por ejemplo: plantearle a la pareja un tema “delicado” en un “tono” que en el fondo sabemos va a generar una discusión interminable. Otra posibilidad es dilatar indefinidamente la toma de una decisión importante, creando con la demora múltiples problemas y complicaciones, que se podrían haber evitado. Y por último el método infalible para auto agredirse: Repetir en el presente las mismas tonterías que ya hicimos en el pasado y fueron desastrosas. Una historia hipotética ( y no tanto) que representa simbólicamente como a veces creamos nuestro propio infierno y luego nos sentimos cómodos en el calorcito de la queja y la autocompasión podría ser la siguiente:

Es mediodía, un obrero abre su vianda y exclama: ¡Otra vez refuerzos de Mortadela! ¡ Hace 25 años que todo los malditos mediodías como lo mismo! ¡ Ya no aguanto más!.

Un compañero interrumpe sus quejas y le comenta: ¿Por qué no le decís a tu mujer que te prepare alguna otra cosa? A lo que el primero le contesta: ¿ Que mujer, si vivo solo? Yo mismo me preparo los refuerzos de mortadela cada mañana.. ¿ Entonces porque lo haces?. Pregunta intrigado el compañero. A lo que el primero contesta: Es que sentirme la víctima y quejarme me gusta mucho más que los refuerzos de mortadela.

Psicólogo: Gustavo EkrothCOLUMNA: EL DIVAN CIUDADANO Diario EL PAIS

AUTOAGRESION

El comportamiento autodestructivo parece ser algo bastante antinatural que se contrapone totalmente al instinto de conservación y a la supervivencia de la especie.

Sin embargo la autoflagelación es muy frecuente en casos excepcionales como por ejemplo el de los niños autistas, o las personalidades masoquistas, aunque también lo podemos ver cotidianamente en personas comunes y corrientes que día a día se involucran en comportamientos, actitudes y emociones autodestructivas.

Las caras de la auto agresión son muy variadas y a veces engañosas, las manifestaciones mas frecuentes y obvias son las relacionadas con todo tipo de adicciones, por ejemplo:  alcoholismo, fármaco dependencia, adicción al trabajo, la adicción a  las personas o codependencia, etc. Pero existen otros tipos de comportamientos autodestructivos no tan obvios como por ejemplo  en materia sentimental elegir siempre a la persona equivocada o postergar indefinidamente la toma de decisiones importantes que mejorarían la calidad de vida o tener el hábito de hacer siempre las cosas de la manera mas complicada y difícil posible.

También frecuentemente podemos observar comportamientos auto agresivos velados que atentan directamente contra la vida como por ejemplo: El sedentarismo, la mala alimentación, la falta de precaución a la la hora de evitar enfermedades de transmisión sexual o la costumbre de manejar rápido y “mal”.

En algunos casos parece ser como si las personas crearan su propio infierno, para poder asi sufrir, quejarse y hasta llegar a sentirse importantes, atrayendo la atención de los demás.

Cuando un niño autista se auto mutila recibe inmediatamente la atención de su entorno. Su conducta es su lenguaje, tal vez nos esta diciendo que necesita amor, ayuda y comprensión. Paradójicamente los adultos sanos en determinadas circunstancias pueden llegar a presentar un comportamiento bastante similar.

Las tristezas, desilusiones y “grandes” problemas generan mas simpatías que las alegrías y los éxitos. Desde el punto de vista de una economía emocional a veces no resulta ser tan mal negocio, lamentarse, quejarse y llorar. Ya lo dice la letra del tango ” El que no llora no mama ……”

Existen infinitas maneras inconscientes de crearse problemas y complicarse la vida por ejemplo: plantearle a la pareja un tema “delicado” en un “tono” que en el fondo sabemos va a generar una discusión interminable. Otra posibilidad es dilatar indefinidamente la toma de una decisión importante, creando con la demora múltiples problemas y complicaciones, que se podrían haber evitado. Y por último el método infalible para auto agredirse: Repetir en el presente las mismas tonterías que ya hicimos en el pasado y fueron desastrosas. Una historia hipotética ( y no tanto) que representa simbólicamente como a veces creamos nuestro propio infierno y luego nos sentimos cómodos en el calorcito de la queja y la autocompasión podría ser la siguiente:

Es mediodía, un obrero abre su vianda y exclama: ¡Otra vez refuerzos de Mortadela! ¡ Hace 25 años que todo los malditos mediodías como lo mismo! ¡ Ya no aguanto más!.

Un compañero interrumpe sus quejas y le comenta: ¿Por qué no le decís a tu mujer que te prepare alguna otra cosa? A lo que el primero le contesta: ¿ Que mujer, si vivo solo? Yo mismo me preparo los refuerzos de mortadela cada mañana.. ¿ Entonces porque lo haces?. Pregunta intrigado el compañero. A lo que el primero contesta: Es que sentirme la víctima y quejarme me gusta mucho más que los refuerzos de mortadela.

Psicólogo: Gustavo Ekroth

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

COLUMNA: EL DIVAN CIUDADANO Diario EL PAIS DOMINGO 13 DE NOVIEMBRE DE 2005

Berrinches Infantiles

Psicólogo Gustavo Ekroth

Para el niño pequeño su conducta es el lenguaje más poderosos que posee.

A través de ella nos puede estar diciendo muchas cosas como por ejemplo, “esto no me gusta, “necesito más atención, “no me siento querido” o “estoy celoso de mi hermano”.

Los comportamientos infantiles “buenos” o “malos” no surgen de la nada o por generación espontánea de la conducta sino que ocurren dentro de determinados contextos y situaciones que han sido claramente identificados por la moderna psicología infantil. Cuando los padres manifiestan que su hijo tiene “berrinches” esta afirmación nos conduce a tres preguntas clínicas básicas que nos ayudan a entender y solucionar el problema: La primera ¿dónde ocurre el comportamiento? , la segunda ¿ cuándo tiene lugar el comportamiento y la tercera ¿ qué sucede luego del comportamiento, o sea, cuales son las consecuencias del comportamiento?

Entender y lograr modificar un comportamiento infantil problemático implica investigar las condiciones y motivaciones “ocultas” que hay detrás del problema observable.

Saber el lugar y la situación donde ocurre el “berrinche” ayuda a determinar si el comportamiento es normal, o no, por ejemplo gritar y saltar durante el recreo como parte de un juego puede ser apropiado pero hacerlo durante la cena familiar todas las noches ya no lo es. En segundo lugar saber cuando ocurre el comportamiento sirve para identificar la persona o las personas que de alguna manera están “provocando” o “favoreciendo” el mal comportamiento por ejemplo el niño que tiene frecuentemente berrinches en su casa pero es un ángel en la casa del vecino o el que comienza a portarse “mal” cuando aparece el padre, una abuela, o el hermano mayor.

Sin embargo, la respuesta a la tercera y última pregunta ¿qué ocurre después del comportamiento? es la más decisiva de todas porque indica cuales son los estímulos externos que provocan y mantienen la “conducta problema”. Por ejemplo cuando surge el “berrinche” la madre inadvertidamente puede recompensar el “mal” comportamiento prestándole atención tratando de calmar al niño, o un hermano mayor puede “festejarlo” cada vez que lo hace.

Para un niño pequeño la atención de los mayores puede ser una de las más importantes “recompensas”. Cuando el niño se ve circunstancialmente privado de atención cualquier comportamiento que reciba varias veces atención inmediata se convertirá en un hábito, que se va a reiterar una y otra vez en el futuro aun cuando más adelante ya no obtenga la recompensa (atención).

Una vez establecido un hábito de conducta negativa como por ejemplo el de los “berrinches” inmotivados es bastante difícil su extinción o desaparición. Esto se debe a que es casi imposible no prestarle atención a un comportamiento tan molesto aunque más no sea con una mirada de desaprobación o un intento desesperado de convencer al niño de que ya no lo haga más porque, ya es grande, o porque eso está muy mal o porque el vecino se va enojar.

Evidentemente actuar de esta manera es lo mismo que echarle leña al fuego.

Suprimir directamente un comportamiento negativo habitual en el mismo momento en que esta ocurriendo es bastante difícil, tampoco es posible en general cambiar el momento o el lugar donde ocurre el comportamiento pero siempre podemos modificar o suprimir lo que ocurre luego del comportamiento porque en el 99% de los casos la “recompensa” al mal comportamiento infantil depende de nosotros los adultos.

Lo ideal es poder prestar atención e incentivar cada día más los “buenos” comportamientos infantiles y prestarle el mínimo de atención posible a los negativos.

Gustavo Ekroth 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

COLUMNA: EL DIVAN CIUDADANO Diario EL PAIS

Cambio de vida o cambio de actitud?”

Los cambios emocionales son fundamentalmente el resultado de la combinación de dos elementos: los acontecimientos y las situaciones externos buenas o malas que puedan ocurrir y los pensamientos positivos o negativos que tengamos con respecto a ellos. Estos dos factores interactúan de tal manera que hacen que una persona se pueda sentir feliz, angustiada, enojada o deprimida. Mientras nos sentimos bien generalmente no nos hacemos ningún cuestionamiento pero cada vez que surge en nosotros algún tipo de dolor emocional, tratamos de averiguar su causa para lograr superar ese estado displacentero. Normalmente sentimos que la causa radica en acontecimientos o situaciones externas ocurridas recientemente y dejamos de lado el factor interno, nuestra particular forma de ver las cosas.

La relación de sucesos positivos o negativos parece determinar nuestro clima emocional pero en muchos casos nuestra actitud mental puede ser mucho más determinante que los hechos externos. Es una realidad que no todas las personas reaccionan de la misma manera ante un mismo hecho, algunos pueden sentirse angustiados, otros enojados, y otros indiferentes. A veces puede resultar mucho más útil cambiar nuestra actitud mental que cambiar los hechos externos sobretodo cuando estamos teniendo una visión distorsionada de la realidad.

En muchos momentos del día, incluso mientras realizamos diferentes actividades, estamos conversando con nosotros mismos, este diálogo interno da lugar a emocionan es, sentimientos y acciones. Si este diálogo interno con nosotros mismos es adecuado y se ajusta a la realidad, no es el origen de problemas emocionales o decisiones equivocadas. Por el contrario sin nuestro lenguaje interno es absurdo, excesivamente negativo o inexacto con respecto a la realidad, puede generar dolor emocional y acciones de las cuales luego podemos arrepentirnos.

Este es el motivo por el cual muchas veces cambios externos considerados importantes para la persona, como por ejemplo de pareja, trabajo, o país, a la larga no producen cambios positivos duraderos en el estado emocional general.

En este sentido algunas personas pueden llegar a experimentar que a lo largo de los años su vida a cambiado para mejor pero su estado emocional no ha acompañado paralelamente a ese cambio o incluso a sido inversamente proporcional a el. Aunque pueda resultar difícil de aceptar, mientras no logramos cambiar nuestra actitud mental interna, de poco puede servir cambiar los hechos externos.

Gustavo Ekroth

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

COLUMNA: EL DIVAN CIUDADANO Diario EL PAIS

Capitalizando los estados emocionales

Todos los estados emocionales forman parte de nuestra naturaleza humana. Desde un punto de vista objetivo no existen estados de ánimo malos o perjudiciales. Lo que si existen son estados de ánimo buscados o deseados por la mayoría de las personas como por ejemplo la alegría y estados de ánimo que cualquiera querría evitar como por ejemplo la tristeza.

La actitud mental habitual tiende a resistirse, negar o escapar de las emociones “negativas” aunque sean tan nuestras y tan válidas como las emociones “positivas”. Nuestra cultura nos permite aceptar de buen grado las “buenas” emociones, mientras nos impulsa a luchar contra las “malas” emociones. Pero ocurre que cada vez que luchamos con un sentimiento sea de odio, amor o depresión irremediablemente perdemos la partida. Las emociones a las que nos resistimos persisten y hasta pueden aumentar. No hay otra posibilidad, el sentimiento viene de lo más profundo del ser y el pensamiento de rechazo es algo mucho más superficial. A lo sumo a través de un esfuerzo de voluntad podemos reprimir un sentimiento, hacer una especie de represa que transitoriamente no lo deje manifestarse en el exterior. Sin embargo esa actitud puede llegar a tener dos efectos desafortunados:

  1. que la represa se rompa en el momento más inesperado y también en el más inadecuado.

  2. que la represa no se rompa y la emoción acumulada se desplace a otras áreas como por ejemplo el cuerpo generando problemas psicosomáticos.

Para evitar caer en estos dos errores, por ejemplo cuando estamos tristes algo útil que podemos hacer es tomarnos cinco minutos, cerrar los ojos y dejar de resistirnos a la tristeza, ponernos en contacto con ella en nuestro cuerpo (que es donde la sentimos) sin pensamientos que la analicen, la critiquen, la rechacen o la juzguen. No hay nada de malo en la tristeza, y si no luchamos con ella puede ser muy fugaz. Resistirse mentalmente a la emoción hace que aumente y persista durante más tiempo, por el contrario dejarse fluir en el sentimiento sin negarlo ni cuestionarla hace que se transforme en otro estado de ánimo, tal vez calma y comprensión, o en enojo ¿por que no?.

Las emociones humanas van y vienen constantemente, podríamos conceptualizarlas como un tipo de energía que se puede cambiar de intensidad y también transformar a través de nuestros actos inmediatos.

Retomando el tema del enojo existe una tendencia bastante generalizada a pensar que es un sentimiento destructivo o malo en si mismo. Sin embargo enojarse por algo tiene muchas veces un efecto “desintoxicante”, sobre todo cuando somos capaces de dejarlo “salir” a través de la comunicación honesta y directa de  nuestra forma de pensar y sentir, sin atentar contra la estima y los derechos de los demás.

Gustavo Ekroth

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

COLUMNA: EL DIVAN CIUDADANO Diario EL PAIS

¿Adónde vas tan apurado?

 

En el mundo moderno, “correr” parece ser una necesidad, todo tiene que ser cada vez más rápido: los medios de transporte, las relaciones o los restaurantes. Parece como si una sola vida no alcanzara para cumplir con todas nuestras expectativas y proyectos personales. Incluso, muchas personas sienten que su día debería tener 48 horas para poder  “cumplir” con todas sus rutinas, tareas y obligaciones.

Ya en 1974, los doctores Friedman y Ross, describieron lo que llamaron el tipo de personalidad A, que se trata de individuos que siempre tienen que estar enfocados a algún proyecto o logro, “corriendo” de aquí para allá sin parar y sintiéndose culpables por descansar aunque sea cinco minutos.

Este tipo de personalidad, que en un pasado no muy distante fue señalado como un comportamiento excepcional y hasta patológico desde el punto de vista de la salud cardiovascular, es hoy en día un comportamiento bastante común y hasta sentido por algunos como algo natural e inevitable en el diario vivir moderno.

Si responde “SI” a varias de las preguntas que vienen a continuación, según estos investigadores, probablemente tenga un tipo de personalidad A, o tal vez simplemente viva en el Uruguay de nuestros días .

* ¿Se siente usted a menudo presionado por terminar una serie de tareas distintas en un corto periodo de tiempo?

*  ¿Se convierte a veces en desafío el ver si puede realizar su trabajo con más rapidez y eficiencia que otras personas?

* ¿Usted frecuentemente se mueve, habla o come con rapidez?

* ¿Trata de hacer varias cosas al mismo tiempo? (Ejemplo: maquillarse o afeitarse mientras come y piensa sobre el trabajo del día).

* ¿Se siente culpable cuando descansa y no hace nada por un período de tiempo?

Tal vez no venga nada mal un poco de distensión y relax cada día. Creo que siempre podemos tomarnos las cosas con más calma y darnos nuestros tiempos, y aunque más no sea tratar de imitar los comportamientos del tipo B de personalidad, quienes desarrollan la capacidad de aceptar las cosas más o menos como son, cambiar las cosas que se pueden cambiar y dejar las otras que no tiene solución por lo menos fuera de su mente.

PSICÓLOGO GUSTAVO EKROTH.

 

 

 "LOS ASESINOS SERIALES no sienten piedad"
19.03.2012
16.07

Ante el estupor que se ha apoderado de la sociedad uruguaya, El Espectador convocó al psicólogo Gustavo Ekroth (autor, entre otras publicaciones, de los bestsellers "La locura uruguaya" y "El evangelio según San Dinero"), para desentrañar las razones psicológicas, los motivos que podrían haber impulsado a estos enfermeros a matar a pacientes en los hospitales en los que desempeñaban sus funciones.

La pregunta fundamental es ¿porqué lo hicieron? Y enseguida surgen otras: ¿fueron asesinatos piadosos?, ¿crímenes seriales, cometidos por placer o como resultado de alguna perturbación emocional?


Ekroth realizó un abordaje psicológico para penetrar en las mentes de los enfermeros procesados por el Juez Rolando Vomero.


Sobre el estado metal de los uruguayos al respecto de la salud y los médicos, Ekroth describió lo que ve todos los días en su consultorio.


“En primer lugar, viéndolo como psicólogo y terapeuta, diría que todos los días veo a muchas personas que llegan pidiendo ayuda por diversos motivos, que presentan una cierta paranoia con temas relacionados con los cuidados de la salud, el personal de salud, por hecho de este tipo que han ocurrido antes. Pienso que las personas deberían sentirse más seguras si entran a un lugar donde van a ser tratadas, no deberían esperar que pudiese sucederles algo así. Estoy consternado con esta noticia de los asesinatos”.



Cuando se les preguntó a estos enfermeros por qué actuaron como actuaron, ellos explicaron que el móvil de sus acciones fue la piedad para que los pacientes no sufrieran aun cuando se comprobó que no se trataba de pacientes terminales.



Sobre los asesinatos piadosos, Ekroth reflexionó:

“En los asesinos seriales hay dos características que siempre están presentes: una, de reciente descubrimiento, que es la falta de neuronas en espejo. Esto lo descubrió la neurociencia hace unos 15 años. Estas neuronas son las neuronas de la empatía, las que nos permiten sentir dolor frente al dolor de otra persona o de los seres queridos. Son las mismas neuronas que nos hacen bostezar cuando vemos a alguien bostezar. Los asesinos seriales, se ha comprobado, que tienen pocas de estas neuronas o que directamente carecen de ellas. Estos asesinos sin incapaces de sentir piedad por sus victimas. Esta es una característica neurológica. En el plano psicológico, la falta de frenos morales y de sentimientos de empatía. Todos los asesinos seriales tienen un motivo. La otra característica es el odio a una raza o a una cultura, rechazo a las conductas sexuales que desarrollan sus víctimas (prostitutas, homosexuales). La mayoría de los asesinos seriales tienen la idea de que sus víctimas merecen morir y por esta razón, cuando estos asesinos son condenados sienten que se está cometiendo una injusticia con ellos por que ellos tenían un motivo”.


Con respecto a la falta de arrepentimiento en estos asesinos seriales, Ekroth explicó:


“En muchos casos no existe el arrepentimiento porque no tienen conciencia moral. El asesino no toma conciencia de que ha hecho algo mal, incluso, después de años


de estar prisionero, siguen pensando que hicieron bien en matar a un ser humano. Otros, después de años pueden llegar a tomar conciencia del daño que causaron y sentir un genuino arrepentimiento”

Inés Mazziotti, la abogada de uno de los procesados, afirmó que su defendido, había sido abusado sexualmente durante su infancia. Preguntado sobre si este hecho podría haber tenido algún vínculo con el impuso asesino del enfermero, Ekroth aclaró:
“Sí y no. Todo hecho de abuso sexual o no sexual, cualquier violencia ejercida sobre un niño, sobre todo antes de los seis años, puede tener una incidencia importante en su vida adulta, puede crear una persona insana, mentalmente. Pero también, el ser humano tiene la posibilidad de trascender el trauma. Hoy, en la psicología moderna, hablamos del concepto de resiliencia que es la capacidad que tiene el ser humano a sobreponerse, no quebrase y salir fortalecido de un trauma. Lo importante es establecer el diagnóstico actual, más que dar por hecho de que por haber sido abusado, ahora se ha convertido en un asesino serial”.

La policía está informando en estos días a las familias de los pacientes asesinados. Sobre como estará impactando esto en los familiares, Ekroth profundizó el concepto del “duelo”.
Obviamente, esta situación genera una derivación en el duelo. El duelo es un proceso circular: se abre y se cierra. El problema es que ese duelo ya procesado por los dolientes se abrió y se cerró por un lugar que no era el lugar de cierre. Entonces se reabre el duelo en sus diferentes etapas y eventualmente volverá o debería volverse a cerrar en algún momento".









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